Tarde de Aires Buenos....

Mirabas ansiosa al guitarrista que regalaba notas como quien arroja la ropa por todos los rincones de la casa después de un largo día de trabajo. Me llamaba la atención tu manera de fumar. Parecía como si cada palabra que salia de tu boca estuviera envuelta en una fina capa gris o blanca. Quizás, una mentira. Ahora sonreías. Tal vez la mentira logro el efecto que buscabas. Sin embargo fumabas. Un cigarrillo tras otro, sin pausas. Me dije a mi mismo que mentías casi sin querer.
Y no me importaba. Lo único que no hubiese querido escuchar en ese momento eran verdades. Algunas mujeres no saben decir verdades. Y no esperaba que fueras distinta. Seria esa la razón por la que me era imposible quitarte los ojos de encima.
A veces con mayor o menor éxito lograba escuchar tu voz mezclándose con la música. Un clásico que todos cantábamos en aquella plaza. Y meneabas tu cabeza, y seguías la melodía. O quizás el viento. Y quizás el viento que anunciaba nubes. Y las nubes testigos de tu huida, y de la mía. Y la lluvia que empapaba tus mentiras. Y me relagaba verdades.

3 comentarios:

rama dijo...

Incondicionalmente y con la seducción mínima de un gesto que propone una mujer así, la consternación de un instante a su lado, yo, tiraría todo indicio universal de verdad y le acercaría fuego para encenderle otro cigarrillo!.
Abrazos querido!.

BeLén dijo...

Te dejó la lluvia, para que te inundara de verdades y pudieras imaginarte el porqué de sus engaños. O quizás para que corrieras tras ella.

es lindo pasar por aca, te dejo mis saludos..

BLUEKITTY dijo...

Si esas palabras son realidad más allá del texto... suena a alguien enamorado ;)

saluditos