Ahogaban cada uno sus vidas en un termo vacío y palabras con sabor amargo. Se contaban anécdotas entre mate y mate, mientras el reloj sostenía indefinidamente las horas al final de cada sorbo. Ella cebaba. El contaba los besos que algún día le regalaría. Si tan solo sus labios se atreviesen a aceptarlos. Si tan solo.
5 comentarios:
Entre mate y mate ella descubría su secreto, y aceptaba los besos.
termo y mates guardan secretos y risas en cada cebada,historias que entre cuatro paredes permanecen guardadas, gente que pasa y se sienta compartiendo la velada...jajaja...sonrisas, delirios y enojos "clasicos" entre nosotros...y nunca falta la guitayaaa ... ajjajaja....
beso!
Lo que pasa es que no probó los ricos tereré, de esa forma los labios tienen otra sensación y estarían más dispuesta a aceptarlos!
Abrazo querido.
El mate puede ser muy amargo a veces, estoy de acuerdo con Rama.
Saluditos
Me dejaste pensando. Cuántas veces uno esconde sus deseos y sus secretos en la complicidad de una tarde de mates y palabras al viento...
Te dejo un beso, colega :P
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