Jamás perdonaste que te no haya seguido, inmóvil e inerte como una mañana de invierno, de esas a las horas grises y gélidas resbalando en la ventana. Dejaste en el suelo los zapatos blancos, gastados. En la mesa, saquitos de tè y gotas de sueños dorados destiñendose. Ya no se percibe el tabaco de tus labios y la voz ausente asfixia el silencio de los muebles que me miran burlones. Como en un amanecer eterno la aurora extraña despertarse a tu lado y acariciar levemente tu aliento a café y membrillo. Sin mi la soledad de este cuarto aplasta hasta conjugarme con las lineas de los zócalos amarillentos. Sin mi la rutina es solo tiempo perdido, sin mi no me encuentro en los espejos y me desarmo frente a un mate hace días cebado. Has dejado desparramados tus libros en los estantes y mis besos lejanos en tu espalda infinita y horizonte. Jamás perdonaste que no te haya seguido. Jamás perdonarè que me hayas llevado contigo.
7 comentarios:
Belliiiiisimo... al leerlo el tiempo retrocedió en mi dos atrás...
dos años atrás...
Gracias!, Anònimo!!
Hermosas y sencillas nostalgias
Mia...què lindo!..gracias por pasar! saludos!
precioso!! simplemente te cautiva !! besos.Fabi
Dando una vuelta por estos lados, indudablemente, es un lindo lugar para quedarse.
Genial, me encanta!
Publicar un comentario