El cementerio de la vida

Camino y recorro los días buscando las aventuras que he querido vivir. Me paso las horas inventando historias que son puras palabras. Y en mi, las lunas se esconden de vergüenza y las nubes tapan siempre los rayos del sol. Porqué será que las mañanas son siempre mentiras de otras mañanas y de noche se descubren en la almohada los secretos que persiguen mis pasos a cualquier sitio. El tiempo pasa y se lleva todo, y más rápido aún se lleva lo que no existe, lo que no existió, lo que no hicimos y lo que ya no haremos. Emigran al sur con alas propias a morir en donde rompen las olas, y nadie los ve ahogarse ni escucha sus pedidos de auxilio. Porque ya se hicieron mudos de voz y lamento. El tiempo los mató. Les cortó las alas y los arrojó al vació. Allí donde muere la memoria y se pierden los sueños huérfanos de soñadores y memoriosos. Allí donde pululan ladrones de vidas, ladrones impunes e inmunes a cualquier intento de salvación. Allí donde en algún momento te encontraré a ti amigo mio revolviendo los escombros en busca de una vida con un poquitin de dignidad para vivirla.

3 comentarios:

Agostina dijo...

TOTALMENTE. Pocos tienen la grandeza de notarlo.
Lo bueno es asumir aquellas perdidas para poder madurar y valorar cada segundo que nos regala esta vida.
Un saludito, genio.

claudia paredes dijo...

Belleza. Hay también belleza en la aceptación y en la lucha.

Claudia dijo...

Muy bueno, todos tenemos mil historias q inventar y construir.