Querida Lucía:
Han pasado algunos meses desde la última carta que te envié. Debo decirte que aquí el tiempo nos pasa por al lado y ni siquiera nos mira. A veces parece que se burla de nosotros. Es que quizás estas tierras no tienen tiempo, y nunca supieron de él. Están olvidadas, Lucia. Solo la abrazan los ojos que la miran sin mirarla y las manos que la tocan, sin tocarla. Y sin embargo todavía no todo está perdido.
Hemos logrado reencotrarnos con muchos de nuestros amigos que marcharon al norte y nos contaron de aldeas totalmente devastadas, familias divididas y sin mas que sus pies mordiendo la tierra, y en algunos casos sus pies...(...)
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