Plazas y sombras

En las plazas quedaron las sombras de miles de vidas desgarradas por el dolor de la pérdida y la desventura del futuro incierto. Aquellas sombras que abrazamos entre lágrimas, cómo abrazamos aquellas sombras sólidas, de cemento y madera, como nosotros que nos creíamos teñidos de viejos colores rojos y negros. Iluminados por los ojos de tantos, brillosos a la luz de consignas y gritos de qué se yo...enojos, fracasos, lucha y esperanza. 

Nos dejaron allí, a los dos, sepultados en un mar de ideales que luchaban a manotazos para no tragarse sus palabras, con cada oleada de gases lacrimógenos y sal. Estallidos que se sucedían entre los arboles, tu mirada que se sucedía entre tantas otras. 

Sucedió que te perdí entre las banderas, entre los rostros cubiertos y la tarde que murió esa noche. Te prometo que volveremos, en los susurros grabados en los edificios que rodean las plazas, en las bocinas del tránsito ofuscado frente a la muchedumbre de sombras que aplasta el mediodía sobre las veredas ajadas por el tiempo y tus pasos, en los que milito hacia tu encuentro.