"El que chorrea aceite, mira el celu y llora"

La vi doblar la esquina con la misma velocidad con la que los bares se llenan de gente los dias de lluvia. Oscurecía. Encendí el ultimo cigarrillo y marqué su número en el celular. Prometí demasiadas cosas esa noche, entre ellas que dejaría de fumar y que no la llamaria por teléfono. 

2 comentarios:

Soledad Di Pasquale dijo...

Me encantó, colega. Tan hermosas imagenes en tan pocas palabras.

Me sentí identificada, también, ja!

Beso grande, y siga escribiendo tan lindo!

Eduardo Roldán dijo...

Gracias colo!!!..puedo decirte colo??...besos colega!